
Trasladar a un paciente en un hospital o centro médico no siempre implica correr por un pasillo con él en silla de ruedas o camilla. Con frecuencia, simplemente se necesita que el paciente pase de estar acostado o sentado a estar de pie (o viceversa). Incluso para pacientes con cierta movilidad, a menudo se requiere asistencia para realizar estos movimientos aparentemente sencillos, debido a la fuerza limitada del paciente o al riesgo de caídas o lesiones. En muchos casos, el equipo médico que soporta peso —como camas, sillas y camillas— incluye elementos ajustables para facilitar el traslado y la colocación de los pacientes, mejorando así su comodidad y la facilidad de uso, y facilitando el acceso al personal sanitario que realiza exploraciones o procedimientos médicos.
En cada uno de estos casos, los actuadores lineales prestan una ayuda fundamental para mover a los pacientes de manera que se eviten lesiones y se mejore la ergonomía tanto para los pacientes como para el personal sanitario.
Los dispositivos conocidos como elevadores mecánicos para pacientes o grúas para pacientes elevan y transportan a los pacientes una corta distancia (por ejemplo, de una cama a una silla de ruedas) mediante arneses, mecánica corporal, actuadores electromecánicos o una combinación de estos dispositivos. Los elevadores para pacientes pueden ser de suelo, de techo o de tipo «de sentado a de pie».
Mientras que las grúas de pacientes tradicionales, instaladas en el suelo o el techo, son controladas por el personal sanitario y sirven principalmente para ayudar a mover a los pacientes cuando sería peligroso que lo hiciera el personal, los dispositivos de bipedestación son controlados por el propio paciente y utilizan actuadores electromecánicos para facilitar la transición de la posición sentada a la de pie (o viceversa). Estas ayudas para la movilidad se utilizan habitualmente cuando un paciente se está recuperando de una lesión o intervención quirúrgica y está trabajando para recuperar su fuerza y movilidad.
Los elevadores mecánicos para pacientes, que desplazan todo (o una parte significativa) del peso corporal del paciente, suelen utilizar actuadores de varilla de 24 voltios. Estos actuadores proporcionan fuerzas considerables tanto en el movimiento de empuje (extensión) como en el de tracción (retracción), y pueden incorporar elementos de seguridad como una tuerca de seguridad o un eje estriado para evitar la rotación de la varilla. Si se requiere soporte contra cargas axiales, se utilizan guías lineales junto con el actuador para evitar momentos de flexión en la varilla de empuje.
Incluso camas de pacientes, mesas de operaciones y sillas que normalmente son fijas, incorporan actuadores lineales para facilitar ajustes que mejoran la ergonomía para los profesionales sanitarios, la comodidad del paciente y permiten un posicionamiento correcto y preciso para los procedimientos médicos. Por ejemplo, en equipos de imagen como los escáneres de TC y RM, la mesa del paciente se baja y se sube verticalmente para que pacientes con diversos problemas de movilidad puedan subir y bajar de la mesa de forma fácil y segura. A continuación, la mesa se desplaza horizontalmente dentro y fuera del alcance del equipo de imagen para facilitar el escaneo de la zona específica del cuerpo.
En estas aplicaciones de mesas dinámicas para pacientes, el movimiento vertical suele proporcionarse mediante actuadores telescópicos, mientras que el movimiento horizontal —que normalmente tiene requisitos de precisión de posicionamiento más estrictos— se proporciona mediante guías lineales de alta capacidad y un husillo de bolas de precisión o un accionamiento de cremallera y piñón.
Equipos como camas de hospital y mesas de operaciones —que solo requieren ajustes y movimientos de secciones individuales de la cama o mesa— suelen emplear actuadores más pequeños, de 12 voltios y tipo varilla.
El criterio de rendimiento más importante para los actuadores utilizados en equipos médicos —ya sea en un elevador de pacientes o simplemente para ajustar la cabecera y los pies de una cama de hospital— es la fiabilidad. Un ejemplo de ello son las normas y reglamentos internacionales, como la IEC 60601, que establecen los requisitos de «seguridad básica y funcionamiento esencial de los equipos electromédicos».
Para cumplir con estos requisitos, los actuadores lineales utilizados en elevadores de pacientes, camas y mesas se han diseñado con factores de seguridad claramente definidos tanto para el movimiento de empuje (extensión) como para el de tracción (retracción). Además, suelen contar con carcasas totalmente selladas con grados de protección IPX6 (protección contra chorros de agua a alta presión) o IPX7 (protección contra daños por inmersión de hasta 1 metro durante 30 minutos). Estas carcasas selladas y su diseño especial también proporcionan un funcionamiento silencioso y un mantenimiento mínimo (o nulo) durante la vida útil del actuador, dos requisitos comunes en el sector sanitario.
Fecha de publicación: 8 de noviembre de 2021




